Poema escrito en primavera de 2001, cuando empece la relación con Papá.
Mi hijo te reclama como padre.
Mi hijo, aún no nacido,
quiere tus ojos y tus brazos,
quiere tu fuerza y tu mente.
Mi hijo te llama desde dentro:
me agita, me subleva, me revuelve.
Se agarra a mis entrañas,
provoca que lo exija,
me hace alzar en armas,
me ordena le dé vida.
Me estira de los pelos,
se sube y se desliza,
va y viene como naúsea,
vuelve y se regurgita.
No puedo sustraerlo,
pues en mi mente anida,
no así aún en mi vientre,
la única y real salida.
¿Cómo puedo anhelarlo aunque no exista?
¿Por qué alberga en mis huesos y en mi sangre?
¿Por qué si es hijo de Fantasia?
Espero que algún dia fructifique,
deseo que surja algun dia,
agitando nuestro amor como una bandera,
hito o designio de ternura vivida.
Uma, hija, necesitaste una década de amor de papá y mía para llegar.
Te amo, bella.
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