En las noches, mientras duermes, te percibo tan diminuta que me parece increíble que tu cuerpo encierre a una mujer.
¡Qué milagro la Vida! Alguien como tú algún día será alguien como yo. Y mirará a su Hija y se maravillará...
Tú caminarás por este mundo cuando yo ya no esté.
Tú llevarás mi memoria cuando yo sólo sea viento que revolotea tus cabellos.
Tus ojos verán paisajes que yo jamás conoceré.
Sentirás aromas que serán exóticos para mí.
Gustarás de placeres ignotos.
Escucharás melodías distintas.
Tu cuerpo sabrá de amores y deseos y penas y consuelos.. que jamás experimentaré.
Qué difícil se me hace pensar que tendrás una vida diferente a la mía, se me encoge la matriz sólo de pensarlo, tan pequeña eres aún... y tan dependiente...
¿Cómo hacen las madres desde el principio de la Vida?
¿Por qué, como alguien dijo, vive para siempre nuestro corazón fuera del cuerpo?
¡Qué terrible angustia y qué gratificante expansión!
¿Cómo callan las madres su amor y permiten el vuelo?
Yo ahora te miro y sólo puedo amarte y entregarte cuanto soy, cuanto sé... y lo que no sé lo aprendo... para dártelo...
Quiero, Uma, que sepas, que siempre te acompañaré, como tú quieras: cerca, lejos, presente, ausente... que me morderé mis ganas de formar siempre parte de tu vida si algún día tú me alejas, que respetaré tus silencios, soportaré tus desmanes, acogeré tus desprecios, como mi madre hizo conmigo -yo, que tantos le hice. A ella, que tanto amo-; porque sé que un día, en la noche, cuando tú mires a tu hija mientras duerme y te sorprendas porque su cuerpo encierre una mujer como tú, honrarás a tu Madre, a tu Abuela, a todo tu Linaje y sabrás cuánto las amas y cuán difícil y cuán hermoso es ser madre y cómo desde el principio de los tiempos andamos dispuestas a que nuestro corazón vaya por siempre fuera del cuerpo...
¡Qué tremenda valentía y qué incomparable belleza!
¡Qué inmensa bendición y qué magnífico coraje!
Te deseo, Uma, que del camino del Amor a tu Hija encuentres el sendero del Amor a tu Madre... porque en verdad es sólo Uno el hilo, sólo Una la senda y sólo Una la red que nos une y palpita en nuestros corazones de Hembras desde el principio de los tiempos...
Que el Amor a tu Hija sane el Amor a tu Madre, como tú sanas mi relación con Abu y todo mi linaje.
Te amo,
Mama
¡Qué milagro la Vida! Alguien como tú algún día será alguien como yo. Y mirará a su Hija y se maravillará...
Tú caminarás por este mundo cuando yo ya no esté.
Tú llevarás mi memoria cuando yo sólo sea viento que revolotea tus cabellos.
Tus ojos verán paisajes que yo jamás conoceré.
Sentirás aromas que serán exóticos para mí.
Gustarás de placeres ignotos.
Escucharás melodías distintas.
Tu cuerpo sabrá de amores y deseos y penas y consuelos.. que jamás experimentaré.
Qué difícil se me hace pensar que tendrás una vida diferente a la mía, se me encoge la matriz sólo de pensarlo, tan pequeña eres aún... y tan dependiente...
¿Cómo hacen las madres desde el principio de la Vida?
¿Por qué, como alguien dijo, vive para siempre nuestro corazón fuera del cuerpo?
¡Qué terrible angustia y qué gratificante expansión!
¿Cómo callan las madres su amor y permiten el vuelo?
Yo ahora te miro y sólo puedo amarte y entregarte cuanto soy, cuanto sé... y lo que no sé lo aprendo... para dártelo...
Quiero, Uma, que sepas, que siempre te acompañaré, como tú quieras: cerca, lejos, presente, ausente... que me morderé mis ganas de formar siempre parte de tu vida si algún día tú me alejas, que respetaré tus silencios, soportaré tus desmanes, acogeré tus desprecios, como mi madre hizo conmigo -yo, que tantos le hice. A ella, que tanto amo-; porque sé que un día, en la noche, cuando tú mires a tu hija mientras duerme y te sorprendas porque su cuerpo encierre una mujer como tú, honrarás a tu Madre, a tu Abuela, a todo tu Linaje y sabrás cuánto las amas y cuán difícil y cuán hermoso es ser madre y cómo desde el principio de los tiempos andamos dispuestas a que nuestro corazón vaya por siempre fuera del cuerpo...
¡Qué tremenda valentía y qué incomparable belleza!
¡Qué inmensa bendición y qué magnífico coraje!
Te deseo, Uma, que del camino del Amor a tu Hija encuentres el sendero del Amor a tu Madre... porque en verdad es sólo Uno el hilo, sólo Una la senda y sólo Una la red que nos une y palpita en nuestros corazones de Hembras desde el principio de los tiempos...
Que el Amor a tu Hija sane el Amor a tu Madre, como tú sanas mi relación con Abu y todo mi linaje.
Te amo,
Mama
Que preciosidad. No podia ser menos viniendo de ti. Cuanta sensibilidad.
ResponderEliminarEl crecer tambien es una gran expariaencia.
Y a los que se tuerce el recimiento...fijate,
los sentiminetos mas grandes del mundo que no se ven.
Gracias, Josefina... <3 Un gran abrazo
EliminarQue razón! A mi me ha pasado lo mismo,veo y amo a mi madre de otra manera! Ahora entiendo tantas cosas...
ResponderEliminarGracias por tus palabras, como siempre magnificas! Besos negra!
Gracias, Judith, Mujer, Madre... Qué placer compartir contigo! <3
EliminarQue bonito manera de empezar el día! Gracias por compartir!
ResponderEliminar¡Feliz miércoles!
Gracias a ti, Daniela! Bss
EliminarJoder ARan! Me alegra saber que después de las lagunas del embarazo viene la creatividad del amamantamiento jijijij.......precioso como siempre!!!!!
ResponderEliminarMira que eres bruta... jajajaja... eso es Guillem haciéndose notar ya en su mamá, a todos los niveles... ya verás: si te entregas, disfrutarás muchísimo. Mil besos, my blondie
EliminarQué bella entrada Aranzazu. La maternidad nos descubre un amor limpio que al tiempo nos permite reconocer otros amores que habíamos tenido y casi olvidado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias <3 Sí :) La maternidad nos abre esas puertas que cerramos un día...
EliminarUn abrazo