lunes, 6 de febrero de 2012

Mientras duermes...

Adoro colocar mi nariz en el pliegue de tu cuello y olerte.
 
Percibir ese dulce olor de canela, vainilla, nuez moscada, caramelo... de todas las ricas cosas dulces...
 
Adoro la suavidad y tersura de tu piel de luna, como resbala mi yema por cualquiera de los rincones de tu cuerpo.
 
Adoro rozar mi cara por tus finos cabellos, largos, con su desorden único.
 
Adoro abrazarte y sostenerte, ser cuna con mis brazos, regazo con mi vientre...
 
Adoro observarte, Hija, mientras duermes.

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