lunes, 30 de enero de 2012

IV

Vigilo mientras duermes.

Te miro y no puedo creer que alguien tan pequeña y hermosa dependa de mí.


Me da la sensación de que es a la inversa: de que soy yo quien depende de tu bienestar, de tu sonrisa, de tu alegría...


Soy yo quien se entrega incondicionalmente a tu antojo y deseo: teta, juego, sueño, baño, masaje, paseo...


Celebrando dichosa contigo el milagro de la Vida.


Pareces tantas niñas: una duerme plácida y tiene una cara, otro rostro posees despierta y activa, aún una faz nueva atesoras si lloras y te enfadas...


Qué milagro inaudito ser madre, ser Tu madre, Uma...


Sólo de pensarlo afloran emocionadas lágrimas a mis ojos...


Nunca me he sentido tan importante...


Nunca he caminado tan satisfecha y orgullosa que cuando te porteo...


Eres mi motivo de alegría...


No logro recordar la vida antes de ti, tan intensa es la experiencia...


Mueves tus bracitos y te agitas mientras duermes, mientras estas palabras te escribo.


Pienso en tu cuerpo, tan perfecto; en tu dulce olor de bebé, que es tan tierno; en la sonrisa que me dedicas cuando me descubres en el recorrido de tus ojos; en tu curiosidad sorprendida al mirar cualquier cosa, en tu pureza, en tu inocencia, en lo adorable que es tu nueva existencia...


Te amo, Uma, te amo más de lo que soy capaz de expresar, de lo que cualquiera es capaz de explicar...


Te amo con un amor que es absoluto y generoso, que no espera retribución ni recompensa.


Te amo porque no puedo hacer otra cosa que amarte.


Con un amor que me abarca por completo,

que nace de cada célula de mi ser,
el mismo ser que te albergó y que se siente conectado a ti,
te amo con una extraña fuerza que nace de mi vientre,
que reside en mis entrañas y me mantiene ligada a ti con un umbilical cordón, invisible, irrompible.

Te amo, abrazo, protejo y cobijo como un benefactor universo que te envuelve y te da amor y confianza.


Te amo desde lo más adentro y profundo que soy capaz de sentir, desde lo más esencial y básico de mi ser...


Te amo y se me quedan parcas las palabras para describir cuánto siento por ti, Hija.


Eres el regalo más maravilloso que me ha dado la Vida, eres la respuesta a todos mis anhelos, eres mi Maestra de amor, mi compañera de viaje, la diosa de mis sueños...

No hay comentarios:

Publicar un comentario