Hay momentos en la vida de una mujer que una
sabe, una sabe que ha llegado la hora.
La hora en la que todas las
precedentes toman un mágico sentido,
en que una siente que ha caminado
siglos, vidas, sólo para esto.
Para ofrecerse, para darse, para
entregarse sin condición alguna.
Una lo sabe.
Sabe que lo sabe.
Y
entonces todo es ya posible.
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