Me he entregado. Incondicionalmente. Jamás lo había hecho. Me inmolo gustosamente...
Qué hermosa es mi vida desde que llegaste. Parece la letra de un bolero
antiguo (ya nada me importas si no estás tú...) pero es un sentimiento
del todo cierto.
Con tu pequeña existencia das sentido a toda una vida. Qué fácil y qué sencillo. Qué natural. Sin artificio.
Son tus ojos. Es tu mirada. Nítida, transparente, clara. Tu veloz
evolución. Siempre descubriendo. A cada segundo avanzando. Tu imparable
ritmo.
Tu despertar... ¿o el mío? Todos soñamos: pasado, futuro... Navegamos
entre duales cortinas de humo, incapacitados para vivir el Ahora en su
complitud eterna, en su terrible belleza fugaz y densa, en su
consistencia efímera y evidente, simple, sin ambages...
Por eso, sólo tú
eres Presente y Real y a tu lado puedo mantenerme en la Presencia y la
Realidad... Tú me lo inspiras, tú me abres el camino, coges mi mano y me
acompañas a esa excelsa Libertad, a esa incomparable Oportunidad, a
abarcar el Uni-verso (Una Sola Vez Cada Vez) en el universo que
conformas...
Cómo no entregársete si estás plena de secretos y enseñanzas, cómo no
abrazarte si ese abrazo contiene la Verdad que siempre estuve buscando,
cómo no adorarte, si tu existencia es tan inmensa, pura y clara.
Cómo no
amarte, Hija, cómo no amarte, si este Amor me otorga Experiencia y
Sabíduría, me ofrece Luz e ilumina mi Sombra...
Gracias <3
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