miércoles, 1 de febrero de 2012

Reflexiones tras una sesión de renacimiento durante la gestación de Uma

En estos momentos me siento enfadada. Enfadada porque casi toda mi vida (menos esos instantes de claridad y lucidez que agradezco) he estado ocultándome tras la máscara de la ayuda a los demás para no tomar la responsabilidad de mi vida, que es de la única manera en que se puede ayudar al prójimo.
Todos y cada uno de los  días de mi vida me he colocado tras otros (mi madre, mis hermanos, mi padre, David, la amiga de turno, algún alumn@...) desde la falacia de la ayuda para no asumir el verdadero y absoluto poder sobre mi vida. Y todos y cada uno de los días de mi vida los he culpado (sobre todo a la familia) por impedirme ser yo.

¡Valiente estrategia: primero los utilizo-manipulo para no ocuparme de mí misma y después les acuso!

Tengo miedo de mi luz, temo quien soy, temo de cuánto soy capaz, temo el desbordarme (y por ello controlo y domino: ésa es mi manipulación), temo el poder que tengo y he preferido no ostentarlo, me he desentendido de la responsabilidad real que conlleva ser quien soy... pero nadie puede huir para siempre de lo que es... sobre todo si por otro lado toda mi intención y todos mis esfuerzos están dirigidos a encarnar mi esencia. ¡Qué flagrante contradicción!  así me oculto, me disfrazo, me amago... pero es tan evidente, tan frustrado y agotador el intento... que digo ¡basta: se acabó!

A partir de ahora me dispongo a amarme, respetarme y honrarme como merezco y desde ahí establezco relaciones creativas y constructivas con los demás.

Mamá, Iván, papá, David (sobre todo) y el resto, os pido perdón por haberos manipulado y utilizado desde mi inconsciencia e ignorancia y os agradezco que me hayáis seguido amando aún en mi imperfección y neurosis.  

Ahora voy a a volver a decirme lo anterior en un tono dulce, compasivo y de aceptación y en segunda persona.


Mi querida niña, no te enfades. Sentémonos y hablemos. Sientes rabia, en tu hígado, agazapada en el costado derecho de tu cuerpo (ovario-ombligo-plexo solar-pecho-trapecio-nuca-oído-ojo-hueso frontal) y la sientes porque has descubierto la mentira en la que has vivido y a la que te has habituado, pero ahora te sientes verdaderamente incómoda. 

Y, ¿sabes lo mejor? Que NO PASA NADA: lo que ocurre es para celebrarlo, con la mentira desarticulada ya no la volveremos a activar :) y de ese modo te liberas.

Tenías tus razones (o creías tenerlas) para actuar así y nadie te enseñó que podía ser de otro modo y esas fueron las circunstancias. Construir esa muralla, esa separación de lo que realmente eres, era necesario para sobrevivir allí donde estabas, para crecer, para construir el ego que ahora trasciendes, para que hoy puedas disolver la dualidad y ser Una y con ella Uno, para que sepas que ya no es necesaria, que ahora puedes ser quien eres realmente y tienes suficiente energía, fortaleza, apoyo, sabiduría y amor para hacerlo.

No temas y ¡adelante! Yo estoy aquí contigo para ayudarte a ser feliz y plena.

Perdónate, mi niña, no te regocijes en la culpa ni te revuelques en la impotencia... déjalo estar (let it be), suéltalo, suéltalo, permítete ir, abre la mano, deja que se disuelvan los nudos emocionales y abandónalos, ríndete (nada eres y nada te pertenece: todo es Vida y Tú eres Vida: ¿qué más quieres?).
Entrégate... La fe y la confianza te ayudan, lo sabes, tú amas la Vida por encima de todo, porque te amas a ti, ríndete a la Vida, ríndete...

Abre tu corazón, ahí puedes contener el universo entero (los pasados, los presentes, los futuros, lo que siempre existió y lo que aún no ha nacido), cuanto imaginas puede ser sostenido, contenido, amado y aceptado por tu Corazón. Permite que se expanda.
Que tu inhalación lleve a él tu dolor, tu sufrimiento, tu culpa, tu miedo, tu ira, tu vergüenza. Y que tu exhalación le dé su espacio en el corazón: a cada dolor, a cada sufrimiento, a cada  culpa, a cada  miedo, a cada  ira, a cada  vergüenza: “me abro a ti, eres parte de mí, te abrazo, te amo, te acepto, también eres yo”. Y se irán integrando en ti. Y ya no habrá rechazo, sólo amor y aceptación profunda por cuanto eres.
¿Quién dijo que eso no podía ser amado? La Vida ama cualquier manifestación de su existencia, cualquier manifestación de ti... Porque Todo es Lo Mismo con múltiples formas.

Ya está, mi amor, ya ha pasado. Mezámonos, mezámonos, yo te sostengo, protejo y amo. Yo estoy siempre, siempre a tu lado. Yo vengo a ayudarte a que saques de ti tu mejor tú. Recuerda lo que hemos hablado, tenlo presente y ven a mi lado siempre que lo necesites. Yo estoy aquí para ti. Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario